lunes, 27 de septiembre de 2010

Pensando en el futuro

En el año 1964 el astrofísico Nikolai Kardashev pensó un método por el cual se podía llegar a medir la evolución tecnológica alcanzada por una civilización. Según este investigador, dependiendo de la cantidad de energía que tenga a su disposición, las civilizaciones pueden englobarse en tres grupos distintos.
Futuro
Futuro
Las civilizaciones de Tipo I, son aquellas que tienen la capacidad de aprovechar la energía de un único planeta, controlar el clima, explorar su sistema solar, extraer recursos del núcleo y cultivar los océanos.
Las civilizaciones del Tipo II son capaces de colonizar los sistemas estelares cercanos y utilizar la energía de una estrella, quizás mediante alguna mega estructura parecida a las esferas ideadas por el físico ingles Freeman Dyson en el año 1959.

Las civilizaciones de Tipo III llegan a controlar la energía de toda la galaxia y tienen la capacidad de manipular el espacio y el tiempo a voluntad. Un típico ejemplo de estos es lo que hace el Imperio galáctico en la saga La Guerra de las Galaxias.
Según la calificación antes mencionada, los habitantes de nuestro planeta nos encontraríamos por el momento en una hipotética civilización del Tipo 0, ya que sólo hemos podido aprovechar una ración de la energía de nuestro planeta y conocemos una mínima parte de nuestro sistema. Los más críticos de este tipo de escala de Kardashev dudan de la existencia de las civilizaciones de Tipo II y de Tipo III.
El físico Michio Kaku (profesor de la Universidad de Nueva York) es uno de los expertos a nivel mundial de la teoría de cuerdas él no comparte esta opinión, declarando que la civilización del Tipo III podría ser irreconocible desde nuestro punto de vista. Kaku pone como un claro ejemplo para explicar su postura: “imaginemos que decidimos construir una autopista de 10 carriles que pasa por las proximidades de un hormiguero ¿Acaso podrán saber las hormigas lo que es un autopista? ¿Serán remotamente capaces de comunicarse con los obreros que trabajan en ella? Es más, en realidad, el mayor peligro para las hormigas no es que lo obreros intenten conquistarlas, como sucede en las historias de ciencia ficción. El verdadero riesgo es que posiblemente les pase por encima el asfalto y ni siquiera sean concientes de ello”.
Raymond Kurzweil es un experto en ciencias computacionales (Bill Gates dijo que es el individuo mejor preparado para predecir el futuro de la inteligencia artificial), señala que los vertiginosos cambios tecnológicos que se producen en la actualidad nos llevaran a el desarrollo de computadoras que serán capaces de igualar e incluso superar la inteligencia humana.
Esto dará paso a una época en la que producirá una fusión entre máquinas y personas. Esta etapa el la denomina “Singularidad”, nuestros conocimientos y las capacidades de relación se combinaran con la velocidad de cálculo y las enormes posibilidades de compartir datos de nuestras propias creaciones. La tecnología avanzará de tal forma que el impacto será tan profundo que nuestras vidas, tal y como las conocemos hoy, quedaran transformadas irreversiblemente.
Según Kurzweil en este nuevo mundo no estará clara la distinción entre seres sintéticos y seres humanos, entre realidad y realidad virtual. La nanotecnologia nos permitirá, quizás, erradicar la muerte.
Kaku, por su parte, advierte de los peligros que pueden tener aparejados las transiciones de este tipo.
Kaku llama “Imposibilidad de Clase I” a los avances que seguramente se convertirán en una realidad en los próximos 100 años. Entre ellos menciona el teletransporte, una forma limitada de telepatía, el motor antimateria, la invisibilidad. La invisibilidad es un aspecto que, por lo menos, desde el punto de vista teórico hoy parece llegar a realizarse. David Smith (Universidad de Duke – Estados Unidos) calcula que en la próxima década ya podría ser posible hacer desaparecer un objeto bañado por un solo color gracias al uso de una micro estructura denominadas metamateriales. Éstas harían fluir los rayos luminosos alrededor del mismo, como si se tratara de un flujo de agua lo que en la práctica nos permitiría ver la imagen que se encuentra al otro lado de objeto cubierto por los metamateriales que resultaría invisible.
En la “Imposibilidad Clase II” sitúa los avances para cuya consecución se necesitarían varios siglos y milenios. Por ejemplo, los desplazadores a mayor velocidad que los de la luz, la constatación de la existencia de universos paralelos y del viaje en el tiempo.
La “Imposibilidad de Clase III” están cercanas a los que hoy podríamos pensar como irrealizables, para que ellas fueran posibles tendríamos que modificar los fundamentos de la física.
Otros pensadores del mañana no se sienten tan optimistas con respecto a la capacidad de inventiva del género humano y creen que los avances de este tipo se deben únicamente a la casualidad.
Para más información sobre este tema podes consultar con la Revista Muy Interesante.

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