
En
el Mobile World Congress una de las firmas que más destacó fue HTC que
con su gama One demostró que este año 2012 todo iba a cambiar en su
compañía y que iban a recuperarse del desastroso año 2011 donde Samsung
les ganó la partida con su exitosa gama Galaxy.
De los tres que presentaron, hoy vamos a analizar pormenorizadamente al
HTC One X,
el terminal que viene a ser el gama alta de HTC con el que se supone
que va a tener que lidiar el reciente Galaxy S3 (que dentro de poco
analizaremos también). Os adelanto que es un magnífico terminal pero,
como todos, tienen sus pros y sus contras así que vamos a hablar de
ellas detenidamente.
Diseño exterior: Cuerpo unibody y materiales de calidad
Empecemos por la parte más superficial, la parte que puede hacer en
muchos casos que un dispositivo sea un éxito en ventas o no, hablamos
del diseño exterior. En este caso los taiwaneses han optado por un
cuerpo unibody (de una sola pieza) confeccionado en policarbonato.
Todos los orificios están realizados con una gran precisión gracias a
una nueva técnica de microperforación. Este detalle es apreciable en los
agujeros del altavoz trasero o en los del auricular frontal para las
llamadas, los cuales pasan casi desapercibidos.
En cuanto a dimensiones, hablamos de
134.36 × 69.9 x 8.9 milímetros y un peso de 130 gramos,
números similares a los de un Galaxy Nexus. Estas cifras son muy
destacables teniendo en cuenta que prescinden de materiales como
plástico y que cuenta con una diagonal de 4,7″ que evidentemente
incrementa el peso.
En la parte superior encontramos el Jack de 3,5 mm para los
auriculares, la ranura para la microSIM, un segundo micrófono de
cancelación de ruidos y el botón de bloqueo. En el lateral izquierdo
encontramos la entrada MicroUSB (que hará funciones de salida HDMI
gracias al protocolo MHL) y en el opuesto veremos los botones de
volumen. En la parte frontal vemos el auricular de las llamadas (que
incluye un LED en su interior), la cámara frontal, la pantalla de 4,7
pulgadas y los tres botones capacitivos (atras, home y multitarea). Por
detrás, nos encontraremos la cámara trasera con flash LED, logotipo de
HTC, conector para un dock y el altavoz trasero con la serigrafía de
Beats Audio. Por último, en la parte inferior, encontramos el micrófono
para las llamadas.
La calidad del dispositivo salta a la vista nada más sacarlo de la caja.
Aunque HTC siempre ha optado por diseños de gran calidad, en este One X
se encuentra un aspecto mucho más moderno pero manteniendo una
sobriedad y elegancia que pocos fabricantes consiguen. Este gran esmero
que HTC ha puesto por cuidar cada detalle es apreciable por ejemplo en
los bordes,
donde el cristal de la pantalla y la parte trasera se funden como si fueran uno solo gracias a un acabado biselado.
Pero no todo es bueno en el diseño del One X sino que tiene un par de
contras que pueden hacer incomodar a algunos. Para empezar
la cámara trasera sobresale un poco,
como por ejemplo ocurría con la Desire HD o con el HTC Titan. Aunque no
es un problema excesivamente grave, si que tendremos que tener cierto
cuidado con ella. El otro problema lo encontramos en
el botón de bloqueo, que sigue situado en la parte superior,
una zona de difícil acceso teniendo en cuenta que hablamos de un
terminal muy grande, pero como con la cámara, no es un problema
excesivamente grande.
Hardware: 4 núcleos y mucha potencia
Empecemos con la parte más técnica del HTC One X, donde como un buen
dispositivo de gama alta, arroja unos números espectaculares.
- Pantalla de 4,7 pulgadas SuperLCD 2 con resolución de 1280 x 720
- Procesador Nvidia Tegra 3 a 1,5 Ghz (4 núcleos + 1)
- 1 GB de RAM
- 32 GB de ROM
- Cámara trasera de 8 megapíxeles con sensor retroiluminado, apertura
focal 2.0 y chip dedicado para esta. Grabación en Full HD (1080p)
- Cámara delantera de 1,3 megapíxeles con grabación en HD (720p)
- Beats Audio
- Chip NFC
- Bluetooth 4.0
- Wi-Fi a/b/g/n
- Giroscopio, acelerómetro, sensor de proximidad, sensor de luz, brújula digital y barómetro.
- No MicroSD
- MicroSIM
- Conector para dock.
- Batería de 1800 mAh
La potencia de este móvil es innegable y así lo demuestran los
benchmarks, que aunque no son una medida 100% fiable, si que nos dan una
idea de la potencia real del móvil.
En Quadrant nos da un resultado de 4935 y en Antutu el One X arroja una puntuación de 8878, cifras
muy altas que demuestran el poderío del móvil. Para que os hagáis una
idea, mi Galaxy Nexus da en Quadrant unos 2135 y en Antutu 6010 por lo
que la potencia en este móvil está asegurada.
En el apartado de conectividad vemos como es uno de los smartphones
más completos, con chip NFC, Bluetooth 4.0 y Wi-Fi a/b/g/n. Todas las
conectividades funcionan sin problemas y a una gran velocidad sin
embargo, si colocamos la mano en la parte superior pierde toda la
conexión Wi-Fi, es decir,
tiene un poco de antennagate.
No obstante, esto hay que hacerlo ejerciendo cierta presión sobre el
terminal y tapando la mitad del teléfono por lo que es algo que no
afectará nada al uso del móvil.
Sin embargo, aunque en general es simplemente espectacular, debemos
criticar un par de cosas que podrían ser mejorables. Una de ellas es la
no incorporación de ranura para tarjetas microSD que, aunque es innecesaria con 32 GB de memoria interna, no hubiera estado de más añadirla. Así mismo, hay que “criticar” la
utilización de MicroSIM que puede dificultar el cambio con otros dispositivos.
Por último me gustaría hablar de
la batería, un apartado donde el One X no destaca ni para bien ni para mal,
el dispositivo con sus 1800 mAh viene a durar más o menos lo mismo que
el Galaxy Nexus, es decir, un día con uso medio, medio día con uso
fuerte y hasta dos días con uso bajo. Nada del otro mundo.
Software: Ice Cream Sandwich acompañado de Sense 4.0
Una
de las capas más afamadas dentro del mundo Android es Sense, la
personalización típica de HTC. En su versión 3.0 y 3.5 he de reconocer
que no me gustó mucho y decidí optar por Android vanilla, sin embargo,
esta nueva versión me ha vuelto a atraer mucho y es que hay que
reconocer que Sense 4.0 es la primera capa que añade funciones y mejora
Ice Cream Sandwich.
El launcher ha sido completamente renovado, con posibilidad de tener
hasta 7 pantallas y la función previsualización que nos permite ver en
miniatura todas estas pantallas con un pellizco de dedos. Ahora contamos
con un dock inferior personalizable cuyos accesos directos serán los
mismos que los de la pantalla de bloqueo. El cajón de aplicaciones ahora
cuenta con un scroll horizontal y sigue estando dividido en tres
secciones: todas, descargadas y favoritas.
Otra de las diferencias es que si queremos añadir un widget,
tendremos que seguir haciéndolo como antes, dejando pulsado en el
escritorio y nada de buscar por el menú como hacemos en ICS vanilla.
Tras hacer esta acción, veremos
una amplia selección de widgets de diferentes tamaños y super útiles, que encajan a la perfección con el resto de la interfaz.
En cuanto a las aplicaciones, hay que reconocer que son todas
magníficas aunque me gustaría destacar tres de ellas: el tiempo,
calendario y correo. Las tres aplicaciones son prácticamente las mejores
en su sector, incluso mejores que las que hay en la Play Store, que
como todos sabemos, son de muy buena calidad.
La pantalla de bloqueo es una de las cosas que más me gusta de HTC
Sense. Esta ya venía siendo arrastrada desde la versión 3.0 pero en la
nueva gama One, han decidido darle unos retoques para hacerla aún mejor.
Al igual que antes, cuenta con una serie de información en primer plano
que sigue siendo modificable y cuatro accesos directos que al ser
arrastrados al anillo, abren directamente la aplicación.
Toda esta capa viene montada sobre
Ice Cream Sandwich,
haciendo que la experiencia en cuanto al software sea inmejorable. No
obstante, tiene un par de pegas en este sentido y es que
cuenta con la versión 2.6 del kernel,
cuando la mayoría de terminales con ICS cuentan ya con la 3.0. Esta
puede ser la causa de que a veces, navegue un poco más lento que mi
Galaxy Nexus o de que los fondos animados se paralicen al pasar de
pantalla a pantalla. Lo bueno de todo es que esto es solucionable
mediante una simple actualización así que a la espera estamos.
La otra pega que antes citaba, es
el conflicto que causa el uso de botones capacitivos
en Ice Cream Sandwich. ¿Por qué? Básicamente porque cuando lanzamos una
aplicación que no está adaptada a ICS y por tanto, requiere el uso del
botón menú, nos aparece una barra negra con tres puntos en vertical que
hace la función de menú, desaprovechando espacio de pantalla. Esto
dejará de ser un problema cuando la mayoría de aplicaciones ya estén
adaptadas a la nueva versión de Android.
Por último citar que al iniciar sesión en Dropbox con este móvil,
tendremos 25 GB más de memoria en este servicio en la nube. Para
activarlo, como he dicho, no hay ningún tipo de complicación, basta con
iniciar sesión en la aplicación y listo.
Multimedia: Audio, cámara y pantalla sobresalientes
El apartado multimedia es donde HTC ha dado un paso bastante grande
respecto a años atrás. Han incorporado Beats Audio, aprovechando su
alianza el pasado año con esta compañía, ha mejorado considerablemente
la cámara con un nuevo chip dedicado específicamente a esta y han
montado una pantalla que al fin iguala a la SuperAMOLED de Samsung.
Empecemos
con el Audio, es decir, con Beats. Aquí es un punto donde el HTC One X
destaca por encima de todos sus rivales gracias a
unos altavoces que suenan con mucha calidad y a un volumen muy alto.
Tampoco esperéis que suene como los altavoces de una discoteca pero si
que podemos decir que, al menos en nivel de volumen, alcanza a los
antiguos Nokia Xpressmusic que, hasta día de hoy, han sido los móviles
con mejor audio.
Muchos preguntaréis sobre los auriculares, sobre si incorpora los
UrBeats o no y es que es un tema que está teniendo mucha repercusión en
los foros,
así que confirmo que no lleva UrBeats. Los
únicos que los llevan eran las primeras unidades que Vodafone ha
distribuido, así que los demás tienen que conformarse con unos normales
de HTC. No obstante,
aunque no son Beats, los auriculares son buenísimos y mejoran considerablemente los típicos que ha estado usando HTC en las dos últimas generaciones. Además, gracias al
modo Beats Audio,
cada vez que conectemos unos auriculares notaremos una mejora
sustancial gracias a este software desarrollado por la compañía. Esta
mejora se ve incrementada cuando los auriculares que conectamos son unos
Beats, donde el audio ya es lo mejor de lo mejor.
Damos ahora el salto a la cámara, un lugar donde HTC tenía serias
carencias desde el Nexus One. Por aquel entonces, la cámara no era un
elemento especialmente importante aunque ahora, con aplicaciones como
Instagram y tantas redes sociales es uno de los puntos donde las
empresas deben de hacer más énfasis.
La cámara del One X es, exceptuando la del Xperia S, la mejor que hemos podido probar hasta ahora,
es más, me atrevería a decir que mejora la del iPhone 4S que tantas
alabanzas ha tenido por ser la mejor del mercado. Para que os hagáis una
idea, os dejo una foto del One X y otra del Galaxy S2 para que
apreciéis las diferencias. Os recuerdo que la cámara del SGS2 no se
caracteriza precisamente por ser mala.
Si nos centramos en el software de la cámara, debemos reconocer que
es de lo mejorcito que podemos ver en Android, incorporando multitud de
efectos y funciones que hacen de nuestro One X la cámara perfecta para
nuestros viajes.
La función de tomar fotos mientras grabamos vídeo que tanta
expectación ha creado, funciona bastante bien, aunque si estamos en
movimiento a veces pueden salir un poco desenfocadas las fotos. No
obstante, es una función nueva que mejorarán con actualizaciones.
Y por último pasemos a la pantalla, otro lugar donde HTC también necesitaba mejorar mucho y
esta nueva SuperLCD2 no ha defraudado y se pone a la altura de las SuperAMOLED e incluso llega a mejorarla en algunos sentidos. Tiene mucho más brillo, saturación y da unos blancos mucho más reales que las AMOLED, aunque por contra,
no tiene los mismos negros que estas, que son negros casi totales.
El ángulo de visión es casi de 180º y la visibilidad en exteriores es
muy buena, mejor incluso que las SuperAMOLED y las IPS, que se
caracterizan por destacar en este apartado. Así que, viendo esto,
podemos decir que monta una pantalla sobresaliente,
Conclusiones
Estamos ante uno de los mejores terminales con Android que tenemos en el mercado.
Su cámara, su audio y su pantalla son magníficos y gracias a su
software y su hardware conseguimos un dispositivo simplemente exquisito.
Las únicas tres pegas que le pongo son el uso de microSIM, la cámara
que sobresale en exceso del resto del cuerpo, y sobre todo, lo que más
molesto resulta, la duración de la batería, que sigue manteniéndose en 1
día a pesar de que se puede aumentar sin comprometer el grosor y el
peso, como ha hecho Motorola con el Razr Maxx
Si vienes de un Samsung Galaxy S2, Galaxy Nexus o HTC Sensation el
cambio no creo que merezca la pena salvo que para tí sea indispensable
tener lo último. Es un cambio notorio pero no lo suficiente como para
cambiar, sobre todo si cuentas con un Nexus, como yo. Si cuentas con
cualquier otro terminal, notarás como al tener este móvil entras en otra
dimensión.