Se verán afectadas a corto y mediano plazo fábricas como Sony, firma que ya ha tenido que cerrar seis establecimientos. También Toshiba, Sharp, Panasonic y Epson. Los efectos comenzarán a sentirse en los próximos días. Conscientes de la situación, grandes compañías tecnológicas han puesto manos a la obra para paliar la medida.
El devastador terremoto y posterior tsunami que ha asolado Japón desde el pasado viernes tiene tremendas consecuencias en forma de pérdidas humanas, de infraestructuras y económicas.
Pero además de estas catastróficas consecuencias, y las derivadas de las explosiones en la planta nuclear de Fukushima debemos tener en cuenta de qué manera afectará la situación de emergencia en que se ha visto sumido Japón a la industria tecnológica.
No sólo los grandes fabricantes de automóviles nipones van a ver consecuencias a corto y medio plazo en su producción y exportaciones, también grandes fabricantes tecnológicos como Sony están viendo afectada su producción. La firma ha cerrado seis establecimientos dedicados a la fabricación de componentes Blu-ray, baterías de iones de litio y discos. Pero no solo eso. Toshiba, Sharp, Panasonic y Epson están evaluando la situación y es de prever que su producción se vea afectada igualmente en los próximos días, semanas, y probablemente meses.
Muchos componentes de gadgets y otros productos tecnológicos se fabrican en Japón, comenzando por las memorias NAND y DRAM, que según la consultora Objective Analysis proceden en un 40 y un 15 por ciento, respectivamente, de este país. Aunque la producción se reanudase sin cambios en tan solo unas semanas los precios de estos componentes se verían afectados, y por tanto también afectarían al de los productos definitivos en sus respectivos mercados.
Conscientes de la situación, grandes compañías tecnológicas se han puesto manos a la obra para paliar en la medida de lo posible la situación del país nipón. La propia Sony ha donado 300 millones de yenes para ayudar a la recuperación de las zonas afectadas, además de 30.000 radios y otros productos tecnológicos necesarios para las víctimas y las asociaciones de ayuda. Konica Minolta ha anunciado la donación de 50 millones de yenes a la Cruz Roja japonesa con el objetivo de ayudar a las comunidades afectadas por el desastre. Asimismo, Epson ha donado 100 millones de yenes para ayudar a recuperar las zonas devastadas.
Pero pese a todos los recursos que se destinen a la recuperación y ayuda de las zonas y ciudadanos afectados, es de esperar que pasen semanas, y meses en los peores casos, hasta que la actividad normal de las principales fábricas tecnológicas se vea restablecida. Esto implica que el mercado tecnológico experimentará ajustes al alza en los precios de los componentes fabricados por estas compañías. Estas subidas acabarán repercutiendo en los precios finales de los productos, que experimentarán subidas probablemente antes de que nos demos cuenta.
Pero además de estas catastróficas consecuencias, y las derivadas de las explosiones en la planta nuclear de Fukushima debemos tener en cuenta de qué manera afectará la situación de emergencia en que se ha visto sumido Japón a la industria tecnológica.
No sólo los grandes fabricantes de automóviles nipones van a ver consecuencias a corto y medio plazo en su producción y exportaciones, también grandes fabricantes tecnológicos como Sony están viendo afectada su producción. La firma ha cerrado seis establecimientos dedicados a la fabricación de componentes Blu-ray, baterías de iones de litio y discos. Pero no solo eso. Toshiba, Sharp, Panasonic y Epson están evaluando la situación y es de prever que su producción se vea afectada igualmente en los próximos días, semanas, y probablemente meses.
Muchos componentes de gadgets y otros productos tecnológicos se fabrican en Japón, comenzando por las memorias NAND y DRAM, que según la consultora Objective Analysis proceden en un 40 y un 15 por ciento, respectivamente, de este país. Aunque la producción se reanudase sin cambios en tan solo unas semanas los precios de estos componentes se verían afectados, y por tanto también afectarían al de los productos definitivos en sus respectivos mercados.
Conscientes de la situación, grandes compañías tecnológicas se han puesto manos a la obra para paliar en la medida de lo posible la situación del país nipón. La propia Sony ha donado 300 millones de yenes para ayudar a la recuperación de las zonas afectadas, además de 30.000 radios y otros productos tecnológicos necesarios para las víctimas y las asociaciones de ayuda. Konica Minolta ha anunciado la donación de 50 millones de yenes a la Cruz Roja japonesa con el objetivo de ayudar a las comunidades afectadas por el desastre. Asimismo, Epson ha donado 100 millones de yenes para ayudar a recuperar las zonas devastadas.
Pero pese a todos los recursos que se destinen a la recuperación y ayuda de las zonas y ciudadanos afectados, es de esperar que pasen semanas, y meses en los peores casos, hasta que la actividad normal de las principales fábricas tecnológicas se vea restablecida. Esto implica que el mercado tecnológico experimentará ajustes al alza en los precios de los componentes fabricados por estas compañías. Estas subidas acabarán repercutiendo en los precios finales de los productos, que experimentarán subidas probablemente antes de que nos demos cuenta.
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